
Muchos quieren enfrentarles, pero su relación es buena. Albert Rivera e Inés Arrimadas han sido esta semana noticia, después de la debacle de Ciudadanos en Cataluña y la aparición de dos movimientos que les implican: el proceso de fusión del partido y del PP, que algunos ‘imputan' al ex presidente de Cs, y la ofensiva de los crÃticos de la formación naranja contra la actual ejecutiva. Ambos, sin embargo, prefieren mantenerse al margen de batallas que "no son suyas".
Asà lo afirman a LPO desde el entorno más próximo a Albert Rivera, que niega tajantemente movimientos del ex dirigente naranja para pactar una fusión con el PP de Casado: "Su relación con Pablo Casado es meramente profesional, no polÃtica, y en ningún caso se ha planteado algo asÃ".
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Las mismas fuentes añaden, además, que Rivera no tiene intención alguna de volver a la polÃtica: "Ni para refundar Ciudadanos de la mano del PP, ni para fichar por el PP". También descartan que vaya a impulsar algún tipo de asociación que pueda derivar en un nuevo partido: "No va a poner en marcha un think-tank, ni una plataforma de electores, ni nada".
El ex presidente de Ciudadanos, explican las fuentes consultadas, tiene "dedicación exclusiva" al despacho MartÃnez-EchevarrÃa & Rivera Abogados, y esa es su única prioridad: "Su única vinculación con la polÃtica es que tiene al PP como cliente. Pero nada más. Ni quiere volver ahora ni se lo plantea en los próximos años".
Ese alejamiento de la polÃtica no le impide, sin embargo, mantener una interlocución directa con su sucesora al frente de Ciudadanos, Inés Arrimadas. Ambos "se llaman de forma habitual", pero sus conversaciones son, por norma general, "relacionadas con el ámbito personal y no del partido".
En ese sentido, afirman desde el entorno de Rivera, "los dos tienen claro su papel ahora" y, de hecho, han llegado a una especie de pacto no escrito: "Ni Albert llama para dar consejos, ni Inés Arrimadas para pedÃrselos".
El ex presidente de Ciudadanos, eso sÃ, ha opinado públicamente sobre el devenir de su partido, y no siempre de forma positiva. El pasado mes de noviembre, en plena negociación de Cs con el Gobierno por los Presupuestos, afirmó: "Uno puede ser laxo, pero tiene que tener dignidad (...) Menos mal que dimitÃ, porque si yo tengo que aguantar todo esto tengo que ir escoltado, pero frente a mis votantes".
Después del revuelo que se montó por estas declaraciones, Rivera matizó sus palabras, afirmando que en ningún momento querÃa atacar a Inés Arrimadas o a su ejecutiva. Unas explicaciones que la actual presidenta de Cs dio por buenas: "Si él dice que no se referÃa a la cúpula de Ciudadanos, asà será".
Desde el entorno de Rivera afirman a LPO que, pese a los movimientos existentes en Cs para echar a Arrimadas de la presidencia, "lo cierto es que ahora mismo no hay ninguna alternativa". Añaden, además, que "nosotros confiamos hace un año en Inés y no hemos cambiado de parecer".
Preguntadas sobre si es necesario llevar a cabo cambios en la ejecutiva, como cesar a los señalados Cuadrado y Espejo, las fuentes consultadas hacen una llamada a la tranquilidad: "Las decisiones hay que tomarlas de forma reposaba. Desde 2006 este partido ha pasado por diferentes situaciones, algunas de ellas muy malas, y nos hemos levantado. Es necesario darse un tiempo para pensar y analizar lo que ha pasado".
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